Ya han entrado en mi establecimiento nueve personas ( y no precisamente jóvenes), pidiéndome lotería de Navidad "La Grossa de Nadal".
De todos es sabido la diferencia enorme de los premios con relación a la Loteria de Navidad Estatal. Este punto no merece ni el debate puesto que el Gordo de Navidad es insuperable y menos por parte de este sorteo de la lotería catalana.
Lo que es indudable que en el caso que nos ocupa lo que creo que va a movilizar al personal no es precisamente la cuantía de los premios y las posibilidades el mismo. Su motivación es otra distinta y todos sabemos a lo que me estoy refiriendo.
El nacionalismo-separatismo está alcanzando cotas que, para qué mentir, yo no me las esperaba. Soy catalán, al igual que toda mi familia. Posiblemente sea de los pocos que no me he dejado arrastrar por este sentimiento que, al decir verdad, a nivel de calle no se nota tanto pero en cuanto nos dan un empujoncito, tonto el último. Ya me siento incómodo e incluso algo violentado cuando veo en personas conocidas, incluso amigos, las caras que me ponen cuando no voy al ritmo que ellos van en este asunto.
Lo dicho, la publicidad que se le está dando a este sorteo, con las motivaciones que le han incluído, en el sentido de que los beneficios se destinarán a fines sociales, y que no saldrán de Cataluña con destino al resto de España, ha calado tanto en la gente que incluso dos de mis clientes de hace muchos años, una asociación de comerciantes y una asociación deportiva, me han dicho este año que no les reserva la Lotería de Navidad, que harán sus participaciones de navidad con la Grossa de Nadal catalana.
No es sólo lo que dejaremos (por lo menos en mi caso particular) de vender en Loteria de Navidad lo que me incomodará, sino lo mal visto que estamos empezando a ser los que no nos sumamos activamente al independentismo, máxime los que estamos de cara al público.
Le veo a esto mal final.
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