Desde que ha resucitado en carne mortal el 'desplegable Juan Carlos Borbón-Corinna', la derechona y sus medios no paran de cargar contra la bella no princesa. Un prócer como José Bono la llamó prostituta, individua y casi zorra en un programa televisivo de máxima audiencia. Columnas, tertulias y todo lo que conforma el sector opinión la tratan como la arpía del cuento.
Del ciudadano exrey, en cambio, sólo me llega la misma salmodia: “El pobre hombre que se metió en un lío de faldas y con lo que ha hecho por España”... (Será por su bolsillo y por el IBEX).
Quede claro que ni me gusta la señora ni el señoro. Me repelen. Nuestro impuesto par lleva metido en asuntos feos, por utilizar eufemismos, desde los primeros años de su reinado. Quienes vivimos esos momentos de incertidumbre, en los que el dictador jugaba a los dados con tres posibles sucesores in pectore y por su real gracia, sabemos quiénes estaban en el pol de salida: Carlos Hugo de Borbón Parma, la rama carlista; Alfonso de Borbón, verdadero sucesor de la línea borbónica al ser el hijo segundo, el primero renunció, del infante don Jaime, sordomudo por la enfermedad de la hemofilia que transmitió la reina Victoria Eugenia; y Juan Carlos, retoño también segundo del Infante Don Juan, ya que en su infancia y por un accidente jugando con armas en Estoril, Juanito, el nuestro, se cargó a Alfonsito. Pero esa es otra historia.
El señor bajito y con un testículo no escuchó las súplicas más integristas y familiares ya que Alfonso de Borbón estaba casado con la “Nietísima” y "Doña Collares y yo me lo llevo porque sí” apostaba por él.
La Señora de El Pardo tenía ínfulas de grandeza. El ladrón de El Pazo de Doña Emilia Pardo Bazán y un montón de cosas más decidió, tras apoyar su cabecita en el brazo incorrupto de Santa Teresa que el ganador sería……………...¡Juan Carlos de Borbón y Borbón!
Al que casaron con Sofía de Grecia y l@s trajeron a vivir en una chocita de caza llamada La Zarzuela, vigilad@s por micros y escuchas. La pareja lo sabía y por eso el futuro rey guardaba sus irrefrenables ansias hormonales y económicas. Llevaba una vida sin mácula, pero eran pobres como ratas.
Cuando pudo soltarse la melena, empezó los negocios, contactos y provechosas visitas de Estado con sus 'primos-hermanos' los ricos, tiranos, sátrapas y dictadores tanto del Golfo como de Marruecos, llenando sus bolsillos ya hace décadas. Al igual que su padre y su abuelito. En la sangre borbónica se transmiten los genes del cetro y la corona ya enlazados con los de la corrupción. Y somos mucha gente, gran masa ciudadana, a la que no nos gusta. Que los rechazamos. Que preferimos una República.
Ni la alemana es una santa ni el emérito un mártir. Se confabularon las dos pasiones que desde tiempos inmemorables hacen estragos en la humanidad: el poder, el arrebato amoroso y el dinero. Y ya está. Que él ha sido inviolable porque los padres, que no las madres, de la Constitución así lo decidieron, pues genial, porque una persona intangible puede hacer y deshacer lo que le salga de la real peineta. Al resto, como por nacimiento, no nos corresponde la sagrada unción del efecto punitivo de nuestras acciones. A estas horas estaríamos en el trullo. Nuestro ex monarca, no. Tiene sus prebendas, sus amistades que le pagan caprichos y vuelos privados o esconden sus fechorías en sus yates, como yo lo he visto en Cerdeña montado en el del Aga Khan, otro prenda. Vive como lo que fue y encima le quieren porque es campechano, machote, simpático y como todos los borbones, faldero.
La dama no goza del mismo afecto público porque es una mujer, guapa, extranjera y lista. Y eso fastidia. Lo ha engatusado, está encoñado, lo que tiran sus tetas no lo hacen las carretas…… y así un sinfín de machismos sexistas tirando a la diana de su bonito rostro.
Un cuento que todavía no ha terminado ya que la malvada Caperucita, con su cesto de setas envenenadas, ha metido al pobrecito bizarro un pleito que ya está bailando con los titulares del coronavirus en las portadas de todos los periódicos y televisiones del mundo.
Menos aquí, claro…..pobrecito excoronado engañado y dejado tirado. Una trufa para él, un hongo para el general que firmó las cuentas, un níscalo para el CNI y un champiñón para un Gobierno, el actual y los antepasados, que miran hacia La Meca cuando se trata de la Corona.
https://laultimahora.es/por-que-corinna-es-una-bruja-maligna-y-el-exmonarca-no/